jueves, 7 de febrero de 2013

Valores



Sin lugar a dudas uno de los datos más inquietantes y sorprendentes de los que hemos tratado hasta ahora, es el hecho de que el 47’8% de los adolescentes víctimas de Ciberacoso reproduce este comportamiento. Casi la mitad de los adolescentes que han sufrido Ciberacoso actúa de igual manera con sus compañeros. A pesar de haber sido víctimas, no han aprendido nada de nada. Egoísmo puro y duro, no se puede calificar de otra forma, a parte la evidente falta de educación, responsabilidad y criterio propio. Falta de personalidad, quizás. Cuando los padres/madres leemos que casi una quinta parte de los adolescentes han sufrido ciberacoso, deberíamos preguntarnos: ¿Estamos educando correctamente a nuestros hijos? Los adolescentes están asimilando el maltrato como una forma de relación válida y todos/as sabemos las consecuencias futuras que puede tener este tipo de comportamiento. El maltrato, sea del tipo que sea, por desgracia es una lacra social que necesita ser tratada de inmediato. La raíz del maltrato la encontramos en la educación personal recibida. Somos los padres/madres los que debemos transmitir los valores esenciales a nuestros hijos. El colegio educa sus mentes pero nosotros estamos obligados a educar sus personas. 

Es la web el Salvaje Oeste para los adolescentes actuales?

No es necesario ser un gurú de la economía moderna para “vaticinar” que uno de los pocos sectores que van a experimentar un notable crecimiento, es el de la seguridad, sea en el terreno que sea. Vivimos en una sociedad con el miedo a flor de piel. La actual situación socio-económica está provocando una seria de evidentes grietas sociales que con el paso del tiempo se irán acentuando. La inseguridad, la inquietud, la ansiedad, la eventualidad se han transformado en los nuevos pilares sobre los que llevar el dia a dia.

Esta transformación está provocando una pérdida de los valores personales tradicionales: Amistad, Amor, Honor, Respeto, Educación, Verdad, etc,… En la actualidad muchas personas han desechado estos valores por otros con otro cariz muy distinto: Recelo, Egoísmo, Envidia, Miedo, Ansiedad, Mentira. Y aquí es dónde nos paramos para echarle un vistazo a nuestra amiga la Web y sus Redes Sociales.

Durante nuestra navegación tenemos acceso a un número ilimitado de información. Una información que a pesar de provenir de la red, no tiene que ser verdad. Debemos aprender a filtrar y contrastar la información antes de darle una mínima veracidad. El mismo problema nos lo encontramos en las redes sociales. No siempre la personas que nos encontramos en los perfiles de las redes, son quién dicen ser. El consejo fundamental para erradicar este problema es: “No agregar a desconocidos a nuestras redes sociales”. Nuestro círculo de amistades debe ser controlable y contrastado. Si tenemos unas redes sociales seguras, las probabilidades de que un intruso nos lastime se reducen considerablemente.






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